Después de cuatro años de conocernos JP me dijo que yo le gustaba. Sabía mentir
ahora que lo pienso con ayuda del tiempo. Debe haber estado confundido, capaz
creyó que dándonos las manos las cosas iban a ser mejores, y junto con eso, cerró los ojos a las no
posibilidades que nos negaba el futuro.
Viajamos juntos. Yo tenía la manía de esperarlo para cruzar
la calle y al eso le molestaba, pero, que dos que se quieren no caminan tomados
de la mano? Aquellos que se conocen y acosan desde años puede ser, y ni así lo
fundamento, pero se ve que para él las cosas siempre iban por y para el lado
contrario que para el común de la gente. Qué se yo, quizás sentía que lo
apretaba demasiado.
Tuvimos peleas normales y no tanto, su padre era demasiado
serio y el mío ya no existía, pero su madre era un ángel, muy a la par de la mía.
Su hermano era un perfecto y completito idiota, los míos no cuentan en esta historia,
y después de eso entraban y estaban los amigos. Le dije siempre que tenían algo
de soñadores y como el pertenecía al mismo grupo, los prefería, antes que
sentarse a pasar un rato con los míos. Le hicieron creer que sería cantante
famoso de una banda conocida. Pobre, ahí lo vi y me entere el otro día, todavía
anda cargando con su guitarrita. Una vez (de tantas), me acuerdo que le toco
cantar en la escuela. El supuesto escenario se armó en el pasillo, que era el
único lugar adecuado para la perfecta ecualización del sonido, dijo él desde su
vasta experiencia en el tema. Y como es
sabido que los fracazos no se anuncian nunca, se escuchaba más que horrible, la
voz se le quebraba, y se le rompió la famosa púa. Tuvo que dejar de lado el orgullo y terminar
de cualquier modo su número. Ahora me da lástima, ni siquiera eso le sirvió
para ubicarse en el mundo. Pero aún así lo entiendo, uno no renuncia en el
primer intento y así es como se triunfa. Lo aplaudo. Pero el sigue en el mismo
punto.
Lo vi un par de veces después de que viajamos, me esperaba en su casa para pasar un fin de semana juntos, yo venía de casa de una amiga. Pero estaba afuera, a unas cuadras. Lo vi distinto. Tenía un
pantalón de jeans gastado y cortado a la rodilla. Sin remera y con esos ojos
claros que aún tengo anclados en mi memoria, pero solo la retrospectiva. Me veía como siempre, pero algo más había.
Quise darle un beso que iba detrás de un te extrañé, un poco
más delante de un te amo, y mucho, pero mucho más allá de un inimaginado saludo
de despedida.
"Me di cuenta que sigo queriendo a A…"
Fue su única y dolorosa, y triste, y maldita, y odiosa y
ultima respuesta.
Nunca más volví a sentir por alguien lo mismo.
Una lástima JP, de verdad que yo te quería.
esas malditas...
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