12 nov 2010

Retrospección

No es difícil escucharte.


Aún lejos de las sendas del silencio abrigo lugares con los cuales pretendo saber lo que decís al hablarme. Pequeños restos de mi audacia comparativa, me dicen que sí, seguís siendo mío y que indirectamente sigo manejando tus sentidos.
Un mensaje surgió delante de mis ojos y aún sigo buscando su botella. Estoy segura de que en algún sitio se esconde la respuesta, solo que mi mente no se cree capaz de retener las coordenadas de la exacta ubicación.
Y me mantengo viva mediante supuestos...
Hace tiempo que me alejé de las voces que recriminaban las consecuencias de mis actos y me propuse dejar de escuchar. Oí diferentes cuestionamientos y mi memoria de vez en cuando, recupera solo uno...
El porque inexistente del silencio en el momento más feliz, o el significado de las lágrimas en los segundos de mi máxima inspiración...
Demasiados condicionamientos me impiden responder, pero de todos modos creo que algún día lo lograré.
Al ver intactos recuerdos de momentos donde me veía pequeña y completamente conciente, volví a sentir que todavía tengo posibilidades de sobrevivir.


Lentamente siento que, al cerrar los ojos, puedo dormirme al compás de tu latir...

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