Me escondo acá porque nadie detiene su día para leerme, porque no se siente que las necesidades que tengo son ahogantes y las respuestas no son más que ensayos de lo que la realidad debería ser.
No estoy escribiendo tanto porque increíblemente siento que no lo necesito, y es que, no todo se resuelve hablando pero así mismo, tampoco escribiendo. Porque cuando asumí que las diferencias hacen a la verdad de las personas pude también entenderme un poco mas a mi, y así dejar de exigirme para llegar a todo eso que debería poder o tener.
Que idiota se vuelve el sol cuando es inminente la llegada de la lluvia, teniendo que ceder espacio a otro que no da claridad suficiente y que estúpida me reconozco yo también, escribiendo esto. Pero no voy a borrarlo, de ahora en adelante ya no borro nada, lo que fue es para siempre, y lo que no, tendrá sus razones. Y no voy a pensar de otra forma.
Cambio remordimiento por recuerdos, y enojo por perdones que necesito para sanar mi alma. Puede que me equivoque como mil veces ya lo hice, pero no importa, porque de no haberlo hecho de todos modos me arrepentiría, y no encuentro mucha diferencia en eso.