11 mar 2015

Llamé

Te llamé porque soy así, medio estúpida, completamente impulsiva y tengo conciencia. Te llamé porque no te lo merecías, por no darme el lugar que me corresponde, por dejarme para después, cuando se caen las razones por las cuales debería ser la primera.
Llamé para ver si el verano te afecta, si comes a tus horarios y seguís con tu salud tan débil que me asusta. Quería escucharte porque extrañar lo que nunca se tuvo es cierto, tanto, que es la razón que tanto me pesa.
Te llamé y te llamo porque cuando duele, escuchar las palabras diciendo lo que siento me ayuda, y no tanto como quisiera. Tengo miedo de que te vayas y no haberte saludado. Tengo dolor de tanto que no me escuchaste, cuando nos decías que nos fuéramos porque hacia calor y querías acostarte...sabiendo lo que nos costaba ir hasta tu casa, y que teníamos... hambre...
Sabías que nuestra vida era tan y tan difícil que jamás preguntaste si nos faltaba algo (cuando en realidad poco era lo que no nos hacia falta). No te importaba! Me duele el dolor de mi mamá volviendo a casa llorando, mis hermanos y yo sin entender nada y entendiéndolo todo al mismo tiempo, pero fingiendo mirar el color de las flores para no cansarnos más de lo que nos cansaba cruzar hasta tu ciudad todos en bicicleta.
No sabes, no sabes nada, o sabes todo y no te provoca nada. Abrías la puerta enojada, nunca con una sonrisa, que te tocábamos muy fuerte el timbre o alzábamos de mala gana a tus gatos, que hacia calor o demasiado frío, y siempre preguntando..."que hacen acá?"... Y vaya querida mía, que lindo recibimiento. Que abrazo tan tibio y acogedor era reemplazado por esas frías, descaradas y horribles palabras.
Controlabas lo que comíamos por Dios, que abuela hace eso!!. Que alguien me lo diga si es que estoy equivocada!. Te molestaba todo, que habláramos y más que quisiéramos prender el tele, porque era algo prohibido, no se podía gastar corriente.
Que te pasó? que te pasaba? Porque no sentías ni sentís nada? Yo ahora soy madre y no lo entiendo, jamás podría no amar a mi hijo, por ninguna circunstancia. Sí, vos sos madre adoptiva, pero...se dice que el corazón manda..y parece que el tuyo...no se...está encerrado en la nada.
Pero te llamé para contarte que mi hijo ya camina, y te pusiste contenta (o me pareció, o eso quise), y me dijiste que me felicitabas...
A mi todavía me duele, y lloro (ayer cuando hablamos y ahora que lo escribo), y lloro, y lloro, y seguiré llorando..
Pero también llamé porque a pesar de todo, yo si te quiero...Abuela.

2 comentarios:

  1. A veces uno llama porque piensa más en los demás que en sí mismo. Yo guardo la esperanza de que algún día (una o tal vez varias personas) vuelva(n) a sonreírme como aquéllas veces; por eso llamo, aunque no haya respuesta.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Siempre serás una niña. Por cosas como esas, que quedan impresas en el alma y que no se borrarán jamás. Cierto que hay mucho de tristeza en ello, pero por lo menos seguirás siendo una niña, sin olvidar cómo eras, sin olvidar cómo miraban tus ojos, cómo sentías cada cosa que pasaba, buena o mala, o ni buena ni mala. Aquellas lágrimas, aquellos trayectos, aquella dureza y, seguro, aquellas ilusiones y esperanzas. Creo que hay personas que tienen en los ojos reflejos de paisajes profundos. Son miradas distintas, especiales. Son miradas preciosas.
    Un beso

    ResponderEliminar

Gracias...