4 mar 2012

La felicidad está lejos, muy lejos...

Adentro él escucha The Show Must Go on, de Queen, y yo estoy afuera. Salí a hacer algunas cosas y me quedé contemplando la noche...sentada...Nerón se acercó a mi brazo y empujándolo como generalmente lo hace, logró correrlo y meterse debajo. Entonces lo acaricio con mi otra mano y se recuesta sobre mis piernas. No conforme con eso, levanta una de sus manitos, luego la otra, y las coloca sobre mí, apoya su cara en mi pecho y así se queda, manso y tranquilo, y a mi eso me encanta. Diana se acerca en cómplice silencio y se recuesta sobre uno de mis pies.
La música ahora más fuerte se acerca a mi cuerpo, las notas me embriagan y la melodía ahora soberbia y claramente potente hace que piense...más de lo que lo hago, más de lo que soporto y muchísimo más de lo que desearía hacerlo.
Hace algunos días vi un programa en memoria de Freddie Mercury, conmemorando su muerte, y a partir de eso, mi sentimiento hacia él ya no fue el mismo. La banda me gusta desde siempre, muy chiquita era cuando junto a mi mamá nos deshacíamos escuchando los viejos cassettes con sus canciones. Cuando falleció, ella se puso muy triste y yo no podía entenderlo. Luego del programa entendí a que se refería. Me conmovió muchísimo saber como sufría, sabía exactamente lo que quería en su vida y tanto la marginación como la fama más exquisita del mundo no se lo permitían. Aún siendo un ser talentoso y único como ninguno, no podía amar como quería, como sabía y como elegía hacerlo. No podía tocar a un hombre desde la esencia sincera de una caricia, ni destruir las barreras de los pensamientos básicos e ignorantes de toda una época. Tremenda ironía su pérdida, pero gracias al cielo tenemos su legado y algo de su corazón entre líneas.
Ahora su canción me pertenece, siembra dolor en mi alma y mientras cierro los ojos finjo no saber como me siento.Tengo miedo de no soportar los malos momentos que vivo, de no mantenerme fuerte en mis convicciones a pesar de todo, y por sobre todo me siento impotente. 
Todo se desvanece mientras los besos cuelgan de la luz del dormitorio, y nada me consuela mientras que las palabras susurran los ecos del pasado...la maldita y absurda cobardía me grita que la felicidad está lejos...muy lejos...
Recuerdo que en la película de Will Smith,  "En busca de la Felicidad", ella no solo forma parte del título sino que también da vida y respiro al contenido de toda la película. Que él la busca todo el tiempo, a la vez que siente que jamás podrá ser parte de su vida. La película me hace llorar mucho, recuerdo épocas muy feas de mi vida y logra conmoverme infinitamente porque, a pesar de todo, su protagonista recibe todo lo que merece...el regalo más esperado luego de años de sufrimiento, dolor y angustia...
Pero es que, a veces es tan metafórico un sentir como ese, que me siento vacía, anclada en el mismo sitio de siempre, observando desde cierta distancia como la gente florece, el espacio los recibe de brazos abiertos y ellos sonríen...sin ninguna otra sensación más que la de...
sentirse condenadamente felices...



ahora voy a dejar a Nerón en su casita y me voy adentro, la canción casi termina y debo arreglar la mesa 
una cena no muy elaborada me espera, pero de igual manera apetitosa y hecha con mucho cariño 
voy a tocar su hombro y regalarle un vaso de cerveza fría 
voy a darle un beso pequeño pero desbordado de sentimientos
voy a acompañarlo en lo que esté haciendo 
y a decirle en silencio...


el show debe continuar mi vida 
y aunque sea demasiado difícil 
a ésta melodía 
la escribimos juntos...

1 comentario:

  1. Amiga, cuentas todo de manera tan exquista, a pesar de la tristeza. Una puede imaginar, ver y sentir, la noche... rozar el pelaje de tu mascota, verte ahí..afuera..pensativa, reflexionado sobre lo que debío ser la vida de Freddy, sobre esa maravillosa película que protagonizó de modo ncreíble Will Smith... sobre todas las interrogantes y las emociones que te habitan la piel, el alma, todo tu ser..

    Yo aún no conozco a alguien que haya alcanzado la felicidad completa, estoy convencida de que no existe. Tal vez no hay Felicidad como tal, más bien creo que hay momentos, instantes felices... como ese que has descrito al final, poner la cena, tocar su hombre, darle un beso.. todo eso, que lo aceptemos o no, y sea parte del show o no.. nos hacen brevemente felices y eso es lo que importa ¿no crees?

    Al fin pude comentar sin problema, parece que ya se solucionó.

    Te dejo millones de abrazos

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