20 feb 2015

Viernes

Hoy hace frío, inusual para esta época del año, pero perfectamente bello y como me gusta. He reconocido desde siempre que mi estación amada es el invierno, y sentir, en esta mañana nueva una pequeñita prueba de su temperatura, realmente me agrada, y mucho. Me hizo levantar contenta...
Fui decidida a prepararme un café después de mucho tiempo, y para mi sorpresa, aunque la fecha de vencimiento del frasco está todavía lejana, al abrirlo no encontré la misma respuesta, maldita sea, estaba vencido. Tuve que optar por un te y desayunar con eso. No me gusta desayunar realmente, pero lo necesito y cuando la mañana esta fresca si que disfruto hacerlo. Máximo duerme y entonces decido aprovechar para escribir un poco, aunque bien puede despertarse en cualquier momento y tengo que dejarlo todo, pero no importa, así son las cosas. De algún modo ahora él dirige mi vida.
Pienso entonces en ese famoso "click" del que tantas y tantas personas hablan, ese ruidito silencioso que llega en algún momento de tu vida y te pide que pares, que cambies, o que solo pienses en quien sos y lo que haces, simplemente para  ver si eso es realmente lo que querías. Y a mi me llegó el 30 de Septiembre de 2014. Fue un Martes, y así, como si solo fuera cosa de decidirse (cuando en realidad así siempre ha sido), dije hasta acá. Hoy todo cambia. No puede ser que me sienta de este modo, yo no soy esta, y así no me gusto.
Hoy, casi 5 meses después, peso exactamente 16 kilos menos. Me siento muy bien, con todo lo que eso implica. No es que haya sido obesa ni mucho menos, para nada, solo que nunca -nunca- me había visto como ahora. Como yo quería. No reniego de haber tenido a mi bebé, porque desgraciadamente vomité durante todo el embarazo, con lo cual en vez de aumentar, bajé 10 kilos, pero después de tenerlo las cosas cambian y nunca serán iguales. Y es lo mas hermoso del mundo, la plenitud que brinda es inexplicable y nada fuera de eso finalmente importa. Pero independiente de todo, ese día de Septiembre sentí que debía bajar de peso y lo hice. Mucho esfuerzo, sacrificio, enojos y reproches para conmigo misma, aunque ahora los resultados son los que esperaba (y más), y me sienta plena. 
Hace algunos años pensaba demasiadas cosas en retrospectiva, me sentía triste y renegaba del eterno e interminante paso del tiempo. Estaba ganando edad y le tenia miedo al cambio de décadas, que aunque quería olvidar me perseguía y sabia que iba, y tenia que alcanzarme. Nunca me gustó cumplir años, ni va a gustarme jamás, pero ahora lo acepto y veo todo distinto. No se si es madurez, aprendizaje o aceptación de lo inevitable. No se, tal vez solo sea vida...
Hoy, veo a los 30 como mi mejor edad, la etapa del descubrimiento interior que tanto quería sin saberlo ciertamente, ni que en algún momento llegaría. Es una capacidad de poder con todo que desconocía, una fuerza que me grita desde adentro que hay más de lo que conocía y creía verdadero. Que no me relegué por haberme dedicado casi por completo a una relación que ya lleva 14 años, ni ahora a mi hijo que es la felicidad en persona y esencia. Que todo lo bueno que hay en mi sigue siendo mio, pero que puede dejar de latir solo dentro y exteriorizarse permitiendo que así de otro tipo de frutos. Los de la realización personal y el propio conocimiento. Porque ayer ese "click" que me conoció en Septiembre volvió a tocar a mi puerta, mi alma lo dejó entrar y la razón y el corazón le dieron la bienvenida. 
Decidí estudiar de nuevo. Y me felicito por eso. Adoro estudiar desde que tengo memoria, y por razones miles no he podido hacerlo. La carrera que amaba -y amo- no puedo realizarla, pero no por eso voy a quedarme en el camino. En lo que podría llegar a ser, en el intento o en el sueño. Y se que no va a ser fácil. Nada en mi lo ha sido nunca. Pero no me importa. Me siento segura y nada va a sacarme del proyecto. Espero Dios camine de mi mano y respalde con sabiduría y amor todo mi esfuerzo. Porque voy a hacerlo. Esta vez voy a lograrlo.


Hoy leí una frase de Mario Benedetti, de quien no conozco su obra sinceramente, pero se que es un grande de la literatura. La misma era de su libro "La Tregua". Y al instante de leerla sentí que bien hubiera podido estar escrita para mi. Y la tomé prestada...

" A ella le gustaba todo, pero la tensión no la dejaba disfrutar de nada..."

Hoy digo ya no más.
No más eso para mi vida.

5 comentarios:

  1. Qué agradable leerte...y descubrirte en los procesos propios de la madurez... sí, porque yo lo llamaría MADUREZ,así, con mayúsculas. No es simplemente la vida, ya que todos no ven ni sienten, ni deciden ni analizan las cosas propias que les pasan, ni como han llevado sus vidas hasta el momento. No todos VALORAN, como lo haces tú.
    (Los hijos ...ahhhh los hijos....son unos regalos que hay que lanzarlos a la vida con mucho equilibrio, y aunque generalmente nadie lo tiene porque si, vamos aprendiendo junto con ellos lo que significa ser padres, y ser contención, ayuda, proyección, y no absorción)...

    Felicito tu vida, tus proyectos, tu claridad!
    Que siempre seas luz.

    (P.D. Yo también prefiero el frío)... ;)

    ABRAZO GRANDE Y BENDICIONES!

    ResponderEliminar
  2. otoño e invierno siempre han sido mis estaciones favoritas, sobre todo el otoño.

    Y mientras me quedo contemplando el mar, espacio abierto en este dulce otoño, mientras el fuerte viento me invita a sentirlo tan mío, a sentirme tan yo, tan único, tan importante y tan insignificante en este espacio abierto, infinito, bravo, imponente y supremo, obra maestra de algún dios, me callaré, aquí, estando quieto, dejándome golpear salvajemente por este frío doloroso que me acuna.

    Y mientras esa misteriosa melodía me siga atrayendo, y me deje sin voluntad, sin poder de decisión, entonces me encontraré sin darme cuenta con las piernas mojadas, hundidas a metros de la orilla, dentro del gris mar abrazado de nubarrones de viento, y yo, ahí, siguiendo esa bella melodía, sin darme cuenta que ese canto de sirena me va endulzando la percepción, llevándome hacia ella, hasta no darme cuenta que ha obturado mis 7 sentidos, en otro plano, solo puedo sentir su fragancia, su melodía... su tacto se vuelve suave y sus labios me roban el alma, pero cuando me dé cuenta, ya no podré volver: me habrá llevado mar adentro, me habrá atrapado, entre las altas olas que rompen y danzan feroces por el demoníaco viento. Ya no sabré si me ha atrapado el mar, o si fue la dulce sirena. Ya no tengo voluntad. Me dejo llevar mar adentro. Para siempre.
    -Ménage

    https://www.youtube.com/watch?v=jjJGTkWJDAM

    ResponderEliminar
  3. Que palabras más motivadoras y gracias por compartirlo con el mundo, felicidades por tus logros por bajar de peso pq no es nada fácil y sobre todo por tomar la decisión de estudiar, nunca es tarde para cumplir los sueños, ánimos y seguro logras todo lo q te propongas.

    ResponderEliminar
  4. No te digo más que BRAVO.
    Una mujer luchadora como tú debe encontrar la felicidad, y creo que está muy cerca. Disfruta de tu bebé que el tiempo pasa rápido y no te estanques en bobadas. Nunca es tarde para nada.
    Pero que te voy a decir yo.. En fin, enhorabuena, de corazón.

    ResponderEliminar
  5. Aunque seguro que en circunstancias, parajes y mundos distintos, me identifico con algunas de las cosas que dices. Podría decirte mil cosas pero sería larguísimo y seguro que hasta aburrido, pero al menos, voy a comentarte que para mí los treinta y a partir de ahí, fueron los mejores años. No porque lo de antes hubiera sido malo sino porque a partir de ahí hubo como una especie de consciencia de vivir simultánea con el tiempo de estar viviendo, tal vez, como dices, una forma que facilita existir con lo que denominamos madurez. Creo, sinceramente, y desde lo limitado de mi conocimiento y experiencia, que no hay tiempo para aprender, ni para empezar algo, ni para crear proyectos o ejecutarlos. Creo que la edad es la que es pero que lo que significa sólo depende de cada uno. Hay miles de canciones y miles de libros que hablan sobre ello. También digo que la vida te va enseñando, quieras o no, cosas que te llenan de tristeza o decepción (sobre el mundo, sobre ti, sobre todo), pero también te enseña cosas que te llenan de satisfacción o de orgullo, incluso que te alegran (también sobre el mundo, sobre ti y sobre todo). Una de ellas, en mi caso y supongo que en el de muchos más, es que la mente puede ser eternamente joven. Y si la mente lo es, el alma también. Y si eso ocurre, entonces el tiempo no importa tanto, porque aunque sea imposible detenerlo, mientras tanto lo estaremos ganando.
    Brindo por tu click, por esa certidumbre de la que hablas, por tus 14 años, y sobre todo, por ese supremo privilegio de ser madre, algo a lo que los padres ni siquiera nos podemos acercar.
    Un beso grande

    ResponderEliminar

Gracias...